Al pasar frente de ella se alcanza a escuchar el ruido de las maquinas cortando el cabello con una pausa, que al observar su corte se puede ver la delicadeza de quien la está usando. Se encuentra adornada con cuadros y flores que hacen de ella un lugar muy agradable y limpio para quien lo visita, con el objetivo de lucir atractivo a la vista de los demás.
Un sitio que es frecuentado constantemente por cualquier persona, hombres, mujeres y lo que podemos ubicar entre los dos; para ser precisos, los homosexuales, quienes no han sido aceptados totalmente por esta sociedad en la que convivimos. Aquí se encuentra Pedro, una persona que decidió estar donde le gustaba, ejerciendo la labor de peluquero, y que se caracteriza por vivir aún a su edad de 27 años, con su madre Carmensa. Siendo ella una mujer de 45 años de edad, que para su experiencia parece una jovencita en su mejor etapa de adolescencia, pues su carácter y forma de expresarse así lo demuestra. Sus años se han ido volando tan rápido y a una velocidad extraordinaria que ni siquiera su cuerpo lo ha alcanzado a percibir. Sus manos con una finura en la que no se puede encontrar una sola arruga, ni maltrato, y una cabellera que al soltarla despierta el interés de cualquier hombre sin importar la edad.
Allí se encuentran ellos, Carmensa y Pedro, ejerciendo una profesión que al parecer es fácil de llevar, pero que con el tiempo puede llegar a ser muy estresante, debido a la gran cantidad de clientes que llegan en una sola jornada del día.
Su ubicación geográfica los pone en un sitio estratégico de la ciudad, se encuentran en una de las calles más transitadas de Caucasia, la famosa diez, que conecta la troncal de occidente con el interior del municipio, calle que se caracteriza por tener gran cantidad de peluquerías y barberías, que son administradas y atendidas por hombres, mujeres y hasta homosexuales.
El local tiene como nombre “peluquería Mary” y se caracteriza por tener a sus afueras un cartel con gran variedad de colores: verde, amarillo, rojo y morado. Un aviso que permite que las personas se ubiquen en las instalaciones del local. Este sitio que se ha convertido en el diario vivir, tanto de Carmensa como de su hijo, que a pesar de todo en muchas ocasiones disfrutan su labor.
Pero no todo es felicidad para la madre de Pedro, quien se enoja cuando ve llegar los amigos de su hijo, verlos con el cabello largo, su forma de vestir- un poco afeminada-, la forma de expresarse con él y la confianza con la que entran a su casa, que se encuentra justamente al lado del local.
Pintado de color crema, baldosas blancas, grandes espejos anclados a las paredes, y que adicionalmente tiene una silla donde se relajan los clientes después de ser atendidos, este sitio se ha convertido en un lugar de reunión de los amigos de Pedro, lo cual ha causado muchos enfrentamientos entre madre e hijo, discusiones fuertes, pero que no dañan el amor que ambos se tienen. Pues el amor de una madre va más allá de lo normal; es algo que no se puede explicar.
A pesar de que su madre lo quiere como el día en que nació, y lo aceptó como la persona que es, no pierde la esperanza de que su hijo algún día pueda ser un “joven normal”; pues ella sueña disfrutar su vida con un nieto; lamentablemente él es el único que puede darle ese nieto que tanto anhela.
La calle se congestiona los fines de semana, el ruido de carros y motos entorpece la vida de muchos, el trabajo de Carmensa y de Pedro aumenta, y se puede observar cómo la cantidad de gente pide turno y espera dentro de la peluquería, entran y salen personas durante todo el día.
Los años han pasado rápido y la peluquería Mary ya tiene cerca de los cuatro años de existencia, y a pesar del estrés que en ocasiones agobia a Carmensa, no la quiere dejar, y la tendrá hasta que sus manos pierdan la estética que poseen.
sábado, 5 de septiembre de 2009
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