lunes, 21 de septiembre de 2009

Una espera sin frutos

Era un día demasiado soleado, como se acostumbra vivir en caucasia, y los rayos del sol absorbían las energías de cualquier ser humano que se exponía a ellos. Pero ni siquiera el agobiante sol detenía a la gente, que por la necesidad de unas bolsas de leche para sus hijos tenían la obligación de realizar gigantes filas.
Allí estaba ella, con sus 50 años de edad --esperando su larga tarea que se da periódicamente--, sentada debajo de un árbol de Laurel, tratando de refrescarse para la labor que le encomienda el municipio, pero de su rostro goteaban lágrimas de sudor.
Fabiola Arrieta, esperaba con grata paciencia a que las madres llegaran a recoger el producto alimenticio que envía la Gobernación de Antioquia en uno de sus programas institucionales; MANA, mejoramiento alimenticio y nutricional de Antioquia, el cual busca reforzar la alimentación de los niños hasta los 6 años.
Los sábados son los días escogidos para esta tarea que es esperada en muchos hogares, tal es el caso de Denis Sierra, quien espera con muchas ganas las jornadas de repartición de leche, galletas y bienestarina, pues ella dice: “gracias a este programa los niños han podido subir de peso, y es muy bueno porque los niños pueden tener un buen desayuno con la colada de bienestarina”.
Allí llegaba Denis, esperando la hora en que sus manos se iban a ir llenas, mientrastando doña Fabiola se comunicaba por teléfono y sus gestos reflejaban malas noticias. Pero no quiso adelantar nada mientras que llegaran la mayoría de las madres del barrio Pueblo Nuevo. Pues hay puntos de repartición en todos los barrios del municipio.
Llegaban madres, padres, Jóvenes y hasta niños buscando el alimento, y la cantidad de personas iba creciendo, tanto así que Denis se empezó a preocupar, pues ya eran más de las dos de la tarde y no había movimiento de entrega. Pero su mayor preocupación radicaba, dice ella, en que no tenía dinero para el desayuno de sus dos niños al siguiente día, por lo que necesita con urgencia la leche y las galletas.

Hasta que después de unos minutos doña Fabiola se levantó silenciosamente y exclamó: “señores, estaba esperando que llegara bastante gente para después no repetir; lamentablemente no vamos a repartir la leche, porque me han informado que todavía no ha llegado al municipio, por lo tanto tendremos que esperar hasta la próxima semana”.
La primera persona en exaltar, según Denis, fue ella misma, aunque ya se esperaba la noticia. Lo primero que hizo fue preguntar cual fue la razón que no permitió que el alimento llegara. Pero sus dudas no fueron aclaradas en el momento. El envió se retrasó por un problema en Medellín.
La gente fue desocupando el lugar, el corredor de la casa de doña Fabiola. Y Denis también hizo lo mismo, resignada a no contar con el refuerzo alimenticio para su niña de 4 años y su pequeño de tan sólo año y medio. Pero afortunadamente al llegar a su casa, cuenta ella, su marido ya había solucionado el problema del desayuno del día siguiente.
Según Doña Fabiola, son muchos los niños que necesitan básicamente este sustento para no caer en estado de desnutrición, afirma esto debido al control de crecimiento y desarrollo que llevan los niños dentro del programa, es decir, además de Denis son muchas las familias que dependen de esta ayuda de la gobernación.

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